No hubo misa. Quedaron los convidados en la entrada de la iglesia olorosos a perfume, vestidos de blanco y negro, "con los crespos hechos "como muy sabiamente dijo la Tía Carmen.

Los curas estaban de retiro, la cara de la tía era de amargura, de vez en vez mostraba el labial naranja en los dientes y miraba con desdén las puertas de la catedral. A ella le habían avisado de la misa hacía un par de horas, le fastidiaba tener que asistir, entonces se sorprendió al ver a tantas vecinas forradas en luto acercándose a la doliente; "lo que hace el chisme", se dijo, y se acercó hasta pequeño grupo a rescatar a la cuñada de tantas preguntas.

La víctima hacía lo que mejor sabía hacer, fingir, y les dijo a todos que el marido estaba en casa, enfermo de una gripe fortízima, "además sabes que a él no le gusta misa" dijo una decena de veces conteniendo la rabia mientras él se revolcaba en un motel baratón. Media hora después cada quien agarraba su camino, comentaba la ausencia y nadie recordaba la razón del encuentro, sentir los dos años de partida de la Sra. López.

No es igual; ya no son las mismas gotas de antes, aquellos puntitos deformes pegadas en cualquier superficie, amenazándome, mostrandome su fuerza. Anoche cuando lei el extracto de Cortázar queNel publicó, dejé de sentirlas insignificantes, las noté.

Y sucedió que durante el baño, me topé de frente con muchas gotas regordetas, que crecían y crecían negándose a caer, retando a la ley de la gravedad; sólo por travesura las exploté una a una, las sentí entregarse a mis dedos, desaparecer y multiplicarse.

Miré hacia arriba y de la regadera caían filas de gotitas juntas, fuertes en conjunto, pequeños balines de agua fría que me salpicaban la cara, el cabello y se volvían caminos de río en mi geografía.

Hoy tengo ganas de beber poesía y embriagarme hasta escribir con letra floreada. Deseo ser musa, anhelo entregarme a los poemas de Neruda y mirar su cielo estrellado, soñar con el beso de cortázar, dibujar rayuelas en las nubes y perderme, perderme en el infinito tan deforme...

mi regalo para los enamorados

Lo miró roncar a su lado, sumido en sueño tan pesado como su cuerpo. Ocupaba el 60% de la cama King's size que compartían desde hacía más de 25 años, y desde la primera noche se había instalado del lado derecho del aposento, apoderado del control remoto de la televisión y recientemente del split que la despertaba cada noche en la madrugada.

Fue una de esas noches cuando lo descubrió, el frío glacial la obligó a levantarse a orinar, entonces escuchó los susurros de su marido ; se acercó a la puerta, entonces escuchó el leve rumor de un "te deseo". Se quedó en el sitio, apoyada a la pared tratando de entenderlo todo, sintió naúseas, vomitó.

No supo cuanto tiempo estuvo en el baño ni cuantas veces se dijo que era una pesadilla, cuando regresó a la cama él seguía allí roncando. De eso hacía más de dos meses, ahora su marido estaba enamorado de otra y no lo ocultaba, se escapaba a hoteles en horas de trabajo, "la otra" mandaba recaditos durante la cena y ella se había convertido en una especie de madre preocupada por su hijo rebelde.

Le rezó a cuanto santo había, la casa se volvió una capilla improvisada, probó el aceite de afrodita, la cebolla sancochada y cuanto ritual aprobaba la religión católica. Esa noche lo miró roncar despreocupado -seguro se la cogió otra vez- pensó con rabia , fue entonces cuando despertó su fiera interior-a la culebra se mata por la cabeza-pensó y sin remordimientos tomó su almohada abandonada.

Hola blogueros!!!! perdonen el abandono :( estuve en parciales , luego finales y pues... estaba un poco difícil escribir nuevas historias. Acabo de terminar el semestre -siiiii- y lo primero que quiero hacer en mis diítas libres es retomar el tiempo perdido, no será hoy-estoy llegando-, pero lo prometo -jeje- Gracias a todos por sus comentarios, los visitaré. Ya el sueño me vence.

Muchos besos a todos!!!!!!