Thursday, August 17, 2006

La tenía tan cerca

que quiso enredarse en los rizos de su cabello y estrellarse en las curvas de sus caderas. Suspiró. Estaba delante de él, mirando al cielo infinito sin idea de qué buscar.

La brisa del mar los envolvía aquella noche de verano. Con emoción tomó la mano de la morena y la elevó hacia el firmamento, dibujó en las estrellas la silueta de un centauro. Ella se volteó a mirarlo, y le dedicó una sonrisa eterna.

No supo cuándo se acercaron sus rostros, ni qué se dijeron antes de ahogarse en un beso. Sólo sintió que se elevaba fuera de ese lugar, se hacía espacio en su cuerpo y encontraba alivio en sus labios. La amaba, eso lo supo antes del beso y antes de verla esa noche, con aquel vestido floreado que lo hacía soñar en el caribe y en el español que tanto lo seducía.

1 Comments:

At 8/18/2006 1:52 PM, Blogger El Zord said...

Interesante. Muy bueno.
"Estrellarse en las curvas de sus caderas"... bien fina esa frase!!!
Saludos

 

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