Voces de Sao Paulo - Esperanza-

Cinco para las seis de la tarde, la mujer tenía una toalla en la cabeza, no podía ver nada antes de que su secuestrador la matara por capricho. Trataba de rezar el padre nuestro, no lo finalizaba, lloraba y pedía ayuda a Dios pero éste parecía no estar en el sitio.

“Voy a contar hasta cien .Uno, dos, tres, veinte, treinta, cuarenta, cien; arrodíllate, vas a morir” .La televisión transmitía imágenes desde todos los ángulos, en el frente del autobús se leía el mensaje escrito en labial rojo horas antes “Nos va a matar a todas a las 6; está loco y me va a matar”.

Se escuchó el disparo, las mujeres dieron un salto y estallaron en llanto, Sandro tomó a una por los cabellos y la obligó a hablar a la policía “¡La mató, la mató hay sangre corriendo por todas partes!” dijo histérica.

Desde su escondite un francotirador preguntó por qué no daban la orden de matarlo ;“porque se vería muy feo la masa encefálica de él en televisión” respondió el capitán de policía mientras avanzaban los minutos y se reducían las posibilidades de salvar a la víctima.

“¡Mataré a otra si no me traen lo que les pido!” gritó el secuestrador antes de bajar del autobús con Gerisa. Había pensado en un trato, no quería la cárcel y ellos querían a las mujeres vivas, era un buen negocio, libertad por vida, pero ya todo Brasil lo odiaba por haber ejecutado a una mujer inocente, no lo perdonarían jamás.

Las rehenes seguían su actuación de horror y desespero, eran las víctimas inocentes, debían temerle a Sandro. En el suelo estaba una mujer llorando por su vida, perdonada a último instante por un hombre que jamás le había disparado a nadie y que sólo inyectaba acción a su trama.

Nadie lo supo hasta el final, después de su muerte. La mujer tirada en el suelo del autobús aún escuchaba la voz de Sandro en su oído “no te voy a matar” le había dicho “pero actúen como si me temieran y la hubiese matado a ella” le dijo a las otras.

Basada en la historia real de Sandro Nascimento y el secuestro al omnibus 174 en Junio 2000.Todos los nombres y los hechos son reales.