Tuesday, June 27, 2006

15 minutos de esperanza

Otra selección salió de la cancha cabizbaja, con el amargo sabor de la derrota destrozándole el estómago y la pena de no haber llegado a la meta.

Las águilas mexicanas lucharon con todas sus ganas ante los gauchos argentinos que por un gol milagroso obtuvieron la victoria de los octavos de final. El uno a uno del marcador durante los primeros minutos del tiempo extra, brillaba como una esperanza para ambos equipos; la fanaticada, tensa, con sus colores en la cara, el cuerpo y el alma vibraba en el estadium que reunía a dos hermanos latinoamericanos.

“Dios mío un gol, aunque sea un gol” pedían argentinos y mexicanos en sus países, muy lejos del terreno de juego pero tan cerca de su equipo, que podían darle instrucciones sobre qué movimientos realizar y darle consejos de cómo atacar. De forma repentina el uno a uno que los empataba se desvaneció y un gol a favor de Argentina le dio la victoria en esos primeros 15 minutos extra.

El corazón de los mexicanos se paró, su sueño de pasar a cuartos de final se disipó. Los argentinos celebraron saltando de sus asientos, abriendo una botella de vino porteño, viroteando y gritando “¡Che, eso si es fútbol!”, mientras a los mariachis mexicanos se les iba la voz y el tequila le quemaba la tráquea a los espectadores furiosos.

México y Argentina estaba paralizado, cualquier sitio con televisor reunía a fanáticos y no fanáticos que por apoyo moral o simple curiosidad miraban autómatas el juego vía satélite.

Cambiaron a los últimos 15 minutos de juego, los 15 minutos de esperanza mexicana; los jugadores lucían tensos, sus rostros no irradiaban la felicidad de quien juega por placer más bien se leía en sus caras “necesito empatar”, y lo buscaron de todas formas, pero sus rivales azulceleste bailaron tango con la pelota, se volvieron malabaristas para darle chance al tiempo que corriera tan rápido como quisiera. Para los charros mexicanos el tiempo no alcanzó para el gol del empate y para los argentinos el tiempo desafiaba su pieza de tango.

Aunque el dominio de la pelota en el 2do medio tiempo lo tuvo México y les dieron varios sustos a los argentinos, el tica tac del reloj paró y el 2 a 1 de la victoria sureña se volvió en la derrota norteña.

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