Monday, June 12, 2006

Si José Gregorio hubiese nacido en el siglo XXI

Isa
¿Se imagina que José Gregorio Hernández a pesar de haber jugado al gameboy de chiquito, que chateara todas las noches y prefiriera la televisión por cable se decidiera a llevar una vida de entrega a Dios y a las ciencias?

Definitivamente nuestro ilustre doctor sería todo un ejemplo en el mundo, y posiblemente la fama de “doctor de los pobres” se la hubiese ganado por una entrevista en Venezuela al límite. A partir de entonces los diarios de todo el país lo reseñarían( estarìa en la portada de varias revistas) ; Globovisión no se quedaría atrás y de inmediato lo llamaría para un programa de opinión en relación al tema de salud .Para alejarse de tanta fama, al pobre hombre no le quedaría más que irse del país con la excusa de hacer la especialización.

Lamentablemente para Hernández la noticia ya habría llegado a todo el mundo de habla hispana. De pronto dejaría de ser un desconocido y pasaría al mundo del espectáculo sin siquiera desearlo; su castidad despertaría polémica entre todos, algunos argüirían que es gay, para otras sería la manzana del deseo. Los admiradores se reunirían en clubs de fans, donde las fotos y videos del doctor se intercambiarían como pan caliente por Internet.

Todo esto lo obligaría a internarse en un monasterio, pues además de acercarse a Dios, esperaría que la gente olvidara su cara y su nombre para seguir con la medicina rural. Quizá a su salida muchos lo hubiesen olvidado, pero la repentina muerte del trujillano revolvería las aguas y nuevamente todos se unirían en un esfuerzo mediático para recordarlo y exigirle al Fiscal General de la República, al ministro Jesse Chacón y a la Cicpc que encontrara al asesino del “doctorcito Hernández”.

Como es de esperar agarrarían al único en tener una Hummer en Isnotú, mientras los desconsolados- entre pacientes, fans y curiosos- se reunirían en una vigilia en la entrada de su casa, trancándole el paso a cualquiera; La triste noticia estaría en la primera plana de El Nacional y El Universal, las unidades móviles de la radio se trasladarían hasta el sitio para hablar con los dolientes, Venevisión transmitiría el velorio vía satélite y CNN lo reseñaría en Panorama mundial.

Tanto alboroto armaría la gente que la solicitud de canonizarlo sin que el fallecido hubiese hecho un milagro llegaría a Roma; allá dirían que no se puede porque no hay ningún milagro, entonces los venezolanos empezarían a rezarle a José Gregorio todas las noches, le prenderían velitas y comprarían su estatuilla o la estampita al buhonero más cercano.

Y ante tanta insistencia, Hernández bajaría de los cielos cada vez que un paciente suyo se lo pidiera, operaría con sus manos llenas de luz y dejaría una huellita para que la Iglesia reconociera el milagro. Faltaría convencer al Papa para colocarlo en un rinconcito de El Vaticano, entonces nos armaríamos de documentales, de reportajes y publicidades para que el santo pontífice diera el sí.

1 Comments:

At 6/12/2006 3:16 PM, Blogger Clavel Rangel said...

Dios sabe lo que hace, menos mal lo trajo en aquellos tiempos.

Saludos

 

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