Voces de Sao Paulo -La historia-

Se murió ahogado. Toda su vida pasó ante sus ojos, los sueños de fama, de actuar en una telenovela, de surgir y salir adelante se acabaron en un último aliento.

Tenía la cara manchada de sangre, no era su sangre. Lo creyeron muerto cuando se escuchó el disparo, la gente gritaba estremecida, las cámaras grabaron cada movimiento.

No lo vio venir aquella mañana cuando se despertó en el suelo frío de su cuarto, cuando con decisión pensó en un plan, el plan que había prometido. Vio pasar un autobús, todavía le rondaba por la cabeza la película americana que había visto en la tele.

No sabía leer ni escribir, llevaba en el alma heridas que la vida le había propinado y no sabía por qué. Era un don nadie en aquella ciudad superpoblada, negro, analfabeto y ex convicto, jamás le darían un trabajo decente.

A las 6 de la tarde estaba en televisión nacional, había sido la estrella de su propia película durante varias horas aquella tarde. En el autobús tenía a 4 mujeres asustadas, agarraba a una por el cuello y gritaba que la mataría.

La policía se paralizó, no supo que hacer, los francotiradores no recibían el permiso para disparar. Ya había matado a una rehén, las otras gritaban y lloraban. “¿quién es la víctima en este autobús?” le preguntó una muchacha de lentes, él miró al suelo y no respondió.

Se levantó de su asiento, haló a otra mujer y le apuntó en la cabeza. Salió. Todo acabó para ella, dejó su cuerpo baleado 4 veces; fue un ángel negro y luego la mano confundida de Sandro quien sentenció a muerte a aquella muchacha histérica.

Dejó su cuerpo inerte antes de que llegara la ambulancia. La policía paralizada por la sorpresa no actuó, sólo un hombre se abalanzó sobre el arma ya vacía. La gente se enfureció, corrieron de todas partes para alcanzarlo, para matar al infeliz que le había robado la vida a Gerisa.

Se lo llevaron, lo metieron en un auto blindado, no se supo cuántos policías entraron a custodiarlo. Dijeron que estaba nervioso, que había roto el brazo de un policía, nadie supo si fue cierto, pero murió ahogado, le robaron el aliento para corregir el error que había matado a Gerisa y para darle a su público el final que ellos esperaban.

Basada en la historia real de Sandro Nascimento y el secuestro al omnibus 174 en Junio 2000.Todos los nombres y los hechos son reales.