Tuesday, September 25, 2007

El olor de hombre se adentraba por su nariz, atolondrándola; aquellas manos grandes amenazaban con no dejarla ir, con detenerla y llevarla al cielo estrellado a través de pasajes ocultos de su anatomía.
Cada terminación nerviosa vibraba al contacto con él. El calor corría por sus caderas, el beso se volvía intenso y los labios un territorio muy pequeño para el amor.
Hundía los dedos en su nuca y reía de nervios, reía de miedo por no saber lo que hacía y en un momento de duda huyó.

Wednesday, September 19, 2007



Por favor,

no digas nada

tan solo...

escucha mi silencio.

Tuesday, September 04, 2007


Los ojos se agrandaron al punto en que sólo podía verle la nariz y los labios que preguntaban algo que ella no conseguía entender. Como la fuerza que atrae a los imanes, la boca de él se convirtió en el polo opuesto; lo besó con ganas, sin remordimiento y él le respondió.
Ambos estaban comprometidos, él se detuvo un instante y le preguntó si antes había traicionado, ella le dijo que no, entonces le besó con más fuerza, el cuerpo de ella su guitarra española, el de él una figura que ella tanteaba a ciegas.

No había “te quiero”, ni “te amo”, nada, eran las ganas burbujeantes del deseo carnal, lo que muchos llaman la química; y así como el fuego se extiende en el monte, se fueron encendiendo sus cuerpos que finalmente encontraron refugio en un ropero aislado del mundo.